Me ha atrapado de tal manera que me he terminado enamorando yo también de Mario y de su manera de entender la vida, de su forma de vivir, de esa sensación de estar "como permanentemente de vacaciones".
El formato combinado de mails, cartas, pósits y wasaps me parece diferente y acertado. La intriga de saber cuál es el verdadero problema, porque lo intuyes, pero vas desencaminada, te lleva a seguir leyendo y a que sea lo que sea, que tenga solución. Y el desenlace es un golpe por la espalda que no te esperas.
Los divertidos mensajes de Mario te sacan una sonrisa. El amor de Ana hacia su hermana es incondicional. Y el escenario escogido dan ganas de conocerlo.
"Dicen que no hay nada más triste que un recuerdo feliz… y tiene toda la pinta de ser verdad". Candela en En una casa blanca a la orilla del mar (Abril Camino)

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