Hemos conocido gente súper sociable con quienes, aun siendo desconocidos, puedes entablar una conversación de horas sobre todo tipo de temas como aquella charla sobre los saludos con aquel osado peruano de pantalón corto.
La gente es muy amable, se para a ayudarte aunque tenga prisa e intenta guiarte con todos los medios de los que dispone para que encuentres esa cervecería tan famosa que no lo es tanto para los belgas como para los extranjeros.
Hemos compartido mesa con españoles y se han convertido ya en amigos de risas. De las citas célebres de aquella noche me quedo con: "El catalán que más me gusta es Bartra". "Hombre, es que Bartra me gusta hasta a mí"; "Tengo esto si queréis". "Nosotros no queremos". "No, si yo tampoco"; "Mejor ponte el gorro".
Esa es la verdadera aventura, la sensación al llegar a casa de que vuelves siendo mejor, con más sabiduría, experiencia y lleno de vida. Y si encima te traes chocolate belga, mejor que mejor.
Si tenéis la oportunidad de conocer Bruselas, Brujas, Gante y Amberes, no lo penséis. Merece la pena.
Ahora toca mirar las fotos, sonreír al recordar y pensar ya en la siguiente hazaña.

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